jueves, 27 de diciembre de 2012

Geografía para principiantes



- ¿Mamá?


- Dime…

- China es el país más grande del mundo.

- ¿Ah sí? (orgullosa…)

- Sí. Tiene más de 14 ó 15… Es como la clase de 4 años de mi cole.




Ejem… Ibas muy bien…

lunes, 24 de diciembre de 2012

La Navidad es el regalo

 
 
No quería dejar pasar un día más sin publicar y siendo hoy el día que es, me tomo la libertad de enlazar al blog de mi amiga Rebeca Lagos.
 
¡Que viváis muchos buenos momentos!
 
Y feliz Navidad a todos.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Fall


 
Jamie Scott ha tardado seis meses en terminar este fantástico proyecto. Acudió a Central Park entre agosto de 2011 y enero de 2012 dos veces por semana para captar las instantáneas que dieron forma a «Fall», el nombre con el que se ha bautizado el resultado. Para conseguir hacer este timelapse, escogió 15 lugares distintos en el parque y tomó todas sus fotos justo después del amanecer.
 
Un gran trabajo fotográfico gracias al cual es posible apreciar los pequeños cambios que dan fin a una estación como el otoño y anuncian sutilmente la pronta llegada del invierno.

Espero que os guste.

martes, 11 de diciembre de 2012

Carta a sus Majestades

Source: google.es via Nonabox on Pinterest
 
 
Queridos Reyes Magos:
Ya nadie regala libros. Entiendo que es algo muy personal, muy subjetivo, pero también lo son los pijamas, las joyas o los perfumes y siempre acaba cayendo alguno.
Estas Navidades me tomo la libertad de escribiros de nuevo una carta, tras 20 años sin hacerlo. Espero que no hayáis cambiado de domicilio. Yo sí, varias veces, fijaos en el remite. 
Por favor, regaladme viajes en el tiempo, historias de hoy en día, momentos de placer… Regaladme libros. 
No vayáis a caer en la tentación de hacerme llegar una novela romántica, un best seller o una trilogía erótica que os parezca perfecta porque está de moda. Quiero literatura. Será la edad, que me vuelve más exigente, o será que cuanto menos leo, más me gusta seleccionar mis lecturas.
Me tomo la libertad de haceros una petición concreta. “Emaús”, de Alessandro Baricco. Este título encabeza mi lista y aunque hay otros muchos anotados en mi libreta de lecturas pendientes, me gustaría completar mi petición con dos títulos más.
Venga, lectores, recomendadme dos novelas. A ver si les mando pronto la carta a sus Majestades.
 

jueves, 6 de diciembre de 2012

Primeras lecturas

Source: google.es via Laura on Pinterest
Es asombroso. Vas conduciendo, tranquilamente, sin pensar en nada en concreto, cuando decides parar a comprar algo para la merienda y sucede lo inesperado.
                CO – PE – NA
Apagas el motor del coche, te giras y le preguntas a tu pequeño acompañante, mitad incrédula, mitad emocionada…
-          Cariño, ¿qué has dicho?
Y señalando el letrero, muy resuelto, con su dedo, repite: COPENA. Ahí pone Panadería COPENA.
Irremediablemente, coges el teléfono y empiezas a enviar whatsapps, sms y llamas al padre de la criatura, para contarle la gran hazaña de vuestro hijo. Sus primera palabras leídas.
Comienza una nueva fase. Hoy me ha leído él a mí el cuento de la noche. Bien por ti. Sr. Cuco.

martes, 4 de diciembre de 2012

Magic

 
 
"Aquellos que no creen en la magia, nunca la encontrarán"

lunes, 3 de diciembre de 2012

Bienvenido Diciembre

Source: saveur.com via Cristina on Pinterest
 
 
Una de las cosas que más me gustan de la Navidad son los polvorones. Probablemente si pudiera comerlos todo el año, no tendría tanta gracia. Siempre me han gustado, desde pequeña, pero a medida que crezco, me he centrado en los de almendra y son los que más me entusiasman. Ni alfajores, ni mantecados, ni polvorón de chocolate. El de almendra y a poder ser, de La Estepeña.
Mi hijo también comparte conmigo esta afición y tenéis que verlo recoger las migas de la mesa como si no hubiera un mañana. El es mucho más listo que yo. Se ha centrado en los de almendra desde el principio y no quiere saber nada de modalidades exóticas. De almendra, y llenando bien la boca, hasta hacer bola.
 
¿Hay algún dulce o comida típica navideña que os guste de verdad?

domingo, 18 de noviembre de 2012

613materika

 
Me gustó el nombre del blog y el diseño de la cabecera pero lo que me enganchó definitivamente fue su presentación.
 
Soy diseñadora gráfica y he trabajado durante muchos años en
diseño en el sector cerámico
[nooo, no soy ceramista]

Pero con lo que más disfruto es experimentando con materiales, creando cuadros con diferentes texturas, combinando efectos con brillos y mates y haciendo que podamos ver una imágen de diversas formas según la incidencia de la luz.

Siento debilidad por las Letras y los números (ya lo iréis viendo)

Me encantan la decoración infantil y los ●libros ilustrados

Alucino visitando blogs llenos de magia y pequeños detalles que, de verdad, de verdad......me emocionan

Y lo más importante,
tengo dos preciosas niñas que comparten mi pasión por los colores y los trabajos artesanales;
tenemos un mundo maravilloso repleto de fantasía y creatividad,
y en él somos mandrágora, arlet y anakleta

Esperamos que nos visitéis muy a menudo y nos dejéis vuestros comentarios (¡que ilusión!)

ah!!...y no olvidéis... ser felices

 
Alguien con tanto arte e imaginación para crear un universo paralelo en el que maternidad y creatividad caminan parejas merece toda mi admiración… ¡y mi envidia!
 
Os invito a que visitéis su blog y ya me diréis qué os parece.

viernes, 16 de noviembre de 2012

La Callas, una invitación a la ópera

Un libro, un CD
Quien ha escuchado alguna vez a María Callas interpretar una aria, no dudará en intentar acercar a sus hijos al complejo y maravilloso mundo de la ópera. Para ayudarles a apreciarla, en este libro se explican de manera sencilla las óperas más conocidas que interpretó “la divina”: La Traviata, Norma, Tosca, Madame Butterfly y La Boheme.
Al principio y al final de la obra, nos encontramos algunas páginas para descubrir a Maria Callas y la ópera italiana, así como la letra de todos los fragmentos musicales del CD, que incluye 55 minutos de música.
Se hace el silencio... las luces se apagan... y  se levanta el telón.
 Para padres e hijos
 
Título: La Callas, una invitación a la ópera
Texto: Françoise de Guibert
Ilustraciones: Nathalie Novi
Editorial: Kókinos
ISBN: 978-84-96629-96-7
Páginas: 58

 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La rápida



Con menos frecuencia de la que me gustaría, y no por falta de ocasión, si no por lo variado de mis pasatiempos, visito blogs llenos de creatividad, buen gusto y elegancia. De la mano de sus creadores, viajo hacia urbes importantes, visito tiendas que parecen museos y locales que parecen tiendas. Luego, desconecto mi ventana glamurosa, apago el ordenador y dedico alguna tarde que otra a “hacer recados”.
Lejos de frecuentar lugares de arquitectura vanguardista regentados por personas arriesgadas y emprendedoras que han cumplido su sueño, yo voy a La rápida. El nombre en sí, ya es para morirse. No es en francés, ni en inglés, ni el Baúl de Fulatina, ni el Atelier de Menganita. Es La rápida, una zapatería de las de toda la vida.
Tras el mostrador, no hay piercings ni estética boho chic ni nada que se le parezca. La señora de la casa, con mandil de cuadros y junto a ella, otros tres miembros de la familia, hablan del pescado del día. Malasaña está muy lejos de sus pensamientos. Nueva York, ni te cuento.
No te obsequian con un Nespresso mientras esperas a que tomen nota en el ordenador de tus arreglos. Te preguntan qué quieres y tu nombre, y en una hoja blanca adhesiva, lo escriben, lo cortan con la mano y te lo pegan a la suela de tu sandalia, bota o zapato de donde ya no serás capaz de quitarlo nunca. Y si te van a poner suelas, lo pegan dentro y arreglado.
No tienen página en Facebook, ni cuenta en Twitter, blog o tablón en Pinterest pero tu calzado puede volver a parecer nuevo si pasa por sus manos. No hay ticket para ir a recoger tus zapatos ni te avisan por Whatsapp cuando han terminado con el arreglo. Esperas unos cuantos días, pasas por allí, dices tu nombre y como normalmente no encuentran tu calzado, atraviesas el mostrador y pasas a la trastienda. Allí, el zapatero, arregla zapatos. No es glamuroso. Ni siquiera está bueno. Es un señor, el marido de la señora del mandil de cuadros. Un zapatero de los de toda la vida, con mandil de plástico y uñas negras. No hay cajas de fruta pintadas de color mint, ni estanterías Expedit con bonitas cajas de mimbre donde los zapatos esperan cómodamente a que los vayas a buscar. Hay estantes de pared a pared con una clasificación sencilla: HOMBRE, MUJER. Y dentro de cada categoría, dos subgrupos: MARRON, NEGRO. Ahora ponte a buscar lo que has ido a recoger y si dudas, mira la suela. Esa pegatina es a prueba de bombas.
No te meten el calzado en una bolsa de papel kraft decorada con blondas. Probablemente sea una bolsa de Mercadona reutilizada lo que te acabes llevando. Luego pagas y te quedas a cuadros, como la bata de la señora, cuando te dicen el precio. Obviamente, no te han cobrado el Nespresso de recepción, las horas extras del personal ni la visión del zapatero mazizorro. Sólo es una zapatería. Arreglan bien los zapatos, cobran poco y además, en navidades, te dan a escoger entre el calendario de bolsillo de los gatos jugando con ovillos de lana (lo juro, siguen haciéndolos) o el del bombero semidesnudo. No tienes que colgarlo en tu muro ni hacerte seguidora ni entras en ningún sorteo. Vas, escoges y te lo llevas.
Después de tanto glamour virtual, tampoco viene mal una dosis de realismo y de naturalidad, para no olvidar quienes somos ni de dónde venimos. A mí, personalmente, me encanta La rápida. Y qué bien le sienta a la señora ese mandil de cuadros.

jueves, 8 de noviembre de 2012

7 días sin Cuco

 
Por motivos de salud, he estado unos días ingresada. Afortunadamente, todo ha salido bien y aunque sigo de baja, ya estoy recuperada. Han sido 7 días de nervios y bastante soledad. La primera vez ingresada, salvo los dos días de rigor tras el parto. La primera vez lejos de mi familia. La primera vez que paso más de 24 horas sin Cuco.
 
Podría acostumbrarme a que me trajesen el desayuno a la habitación todos los días.
 
Podría acostumbrarme a pasarme el día en camisón.
 
Podría acostumbrarme a acostarme y no pensar en que me ha quedado una lavadora por tender.
 
Pero espero no tener que volver a pasar tantos días sin ver al Sr. Cuco. Ha sido lo más duro de todo.
 

jueves, 18 de octubre de 2012

Volver a ser un niño

Supongo que desde un punto de vista infantil, ser adulto tiene muchas ventajas. Puedes ver la tele hasta que te da la gana y cualquier programa que te apetezca, por malo que sea para tu salud mental. Nadie va a cambiar de canal alegando que “no es para ti”. Además, ellos se creen que los horarios los decides tú, porque ven que te acuestas más tarde que ellos y que por el simple hecho de que se haga de noche, no tienes que irte a la cama. Lo mejor de la vida de sus padres para muchos niños es el tema de las chuches. Pueden comerlas hasta reventar, sin restricciones de ningún tipo y encima, no tienen que esperar a que nadie se las compre ni a que los inviten a un cumpleaños. Los padres entran en una tienda, sacan la cartera y listo. Además, no hay que compartir. Ser adulto es así de simple para ellos: puedes hacer todo lo que quieras.
 
Sin embargo, desde mis casi 40 años, cada vez me maravillan más sus apacibles vidas. Dejando a un margen el mundo del bebé, que me parece algo menos idílico por los cambios continuos y la amenaza constante de los virus extraños, la vida de un infante me parece muy apacible y a veces me encuentro imaginando que vuelvo a ser un niño.
 
Envidio ese momento en el que, recostados en la silla, tienen la mirada perdida, el dedo en la boca (o en algún otro orificio facial, como la nariz) y las piernas, una mirando a Murcia y la otra, a Cantabria. Si hace calor, se ventilan y si hace frío, con un par de dedos suben el saco y de paso, el termostato. No es necesario ese aire acondicionado que a tanto molesta a algunos y que a otros les encanta poner para no quitarse la chaqueta. Tampoco es necesaria la calefacción que reseca la garganta ni ninguna otra sofisticada tecnología. ¿Frío?, saco arriba. ¿Calor?, piernas abiertas. Y ya. Sin complicaciones.
 
Añoro ese estado mental de reposo permanente. “Ni voy a ir ni hago falta”. Disfrutar de no hacer nada pero sobre todo, saber que no hay nada que hacer. Ni listas de la compra, ni recordatorios en el teléfono ni compromisos familiares. Debe ser una sensación maravillosa levantarte y preguntarte qué te depara el día. ¿A dónde vamos hoy? ¿A dónde quieres ir, cariño? ¿Cuándo fue la última vez que alguien me hizo esa pregunta?
 
Otra cosa que me encanta de los críos es su capacidad para sorprenderse por algo corriente y lo asombrosos que les resultan todos sus descubrimientos. “Mami no tiene bigote”, exclaman a pleno pulmón. “Pues no, cariño, mami no tiene bigote, a veces …” Al mismo tiempo, no deja de ser curioso que les parezca normal que los cerdos hablen, o que la gente, por ejemplo, se muera. ¿En qué momento interiorizamos que depilarse es normal y que de los cerdos, lejos de ser animales de voces cantarinas, apestan? Si es que lo único bueno que tienen son los chorizos y para eso, ¡hay que matarlos antes! Bendita inocencia.
 
Además, hay una determinada edad en la que las puertas de la sabiduría se abren de par en par y sobran muchas explicaciones. Recuerdo cómo mi sobrino veía un documental en el que un león cazaba un ciervo y se lo comía. Yo contuve el aliento y me pregunté por qué sus padres le dejarían ver algo tan cruel. Él, ni pestañeó. Luego un cazador disparó y mató al león. Y el pequeño se giró y me preguntó con lágrimas en los ojos por qué habían matado al león, si los leones no se comen. Qué emotivo es ver lo claro que tienen lo que está bien o mal, lo que es natural y lo que no lo es. Esa capacidad innata para frustrase por lo injusto, para celebrar lo que está bien, es otro de los rasgos de la infancia que la edad adulta y la socialización nos arrebatan. Los buenos, son buenos de verdad y los malos, vaya con ellos, ¡qué malos son!. Su mundo es dual y en él, hay polis y cacos, héroes y villanos. El que hace algo mal, recibe su merecido y las buenas acciones, se premian. Un mundo ideal. ¿Cuándo deja de ser todo tan sencillo y tan justo?  
 
Otra de las cosas que me gustan de ser niño es ese momento de la tarde en el que le digo a mi hijo que hay que ducharse. Paradójicamente, a él, según el día, le parece un rollo. Pobre inconsciente. Es su momento spa, aunque él aún no lo sabe. Le preparo el agua a la temperatura adecuada y nunca se encuentra con ese desagradable primer chorro de agua fría. El baño está caldeado en invierno y fresco en verano. Tiene una alfombra a sus pies para no resbalar, toallas limpias y perfumadas cada día (la gran mayoría con su nombre bordado, todo un detalle) y siempre hay botes de gel de sobra y alguien dispuesto a darle un buen masaje con crema al terminar. Los viernes, baño de espuma, salpicaduras a discreción y pompas, muchas pompas que puede explotar a su antojo. Decidme, tengáis la edad que tengáis, ¿no es encanta hacer pompas? ¿Acaso no pagamos por el momento bañera- toalla perfumada – masaje? Todo un lujo. Pero claro, a él sólo le importa si hay que lavar el pelo o no. Es un niño y para él, los papás se duchan por las mañanas y los niños, de noche, porque sí. Ni idea de lo que es un spa.
 
Cada época tiene sus ventajas e inconvenientes y la mayoría nos pasamos la vida queriendo ser lo que no somos y hacer lo que otros hacen. Mi hijo pregunta cuándo va a poder conducir, cuántas chuches puede comer un niño de 6 años y por qué no tiene barba como papá. Sin embargo, a mi me gustaría volver a ser un niño y que mi jefe me llamase por las mañanas y me preguntase si me apetece ir a trabajar, o que al menos, al salir de la ducha, me esperase una toalla caliente, perfumada, y con mi nombre bordado.  
 

martes, 16 de octubre de 2012

Hermoso espectáculo


Ashes and snow - Fotografía de Gregory Colbert tomada de "Flores y Palabras"

"No hay espectáculo más hermoso que la mirada de un niño que lee"
Günter Grass

 

domingo, 14 de octubre de 2012

Ratunejo naranja

 
 
Ahí estás, enseñándole al mundo tus manos abiertas como ramilletes de flores.  Me asombra tu expresión alegre, despreocupada, feliz ante la inminente degustación de una rica zanahoria. Honesto, mirando al frente, con la cara despejada de bigotes y de dudas. Naranja, con grandes orejas de sabueso y vivarachos ojos.
 
Tan sólo eres un alegre conejo naranja con orejas de ratón. Para mí, una pequeña obra de arte firmada por el Sr. Cuco.

viernes, 12 de octubre de 2012

Conducir con las ventanas abiertas

 
 
La lluvia embota los sentidos, congestiona el tráfico y nubla los cristales y el pensamiento. En verano, con el cambio de luz, de horarios y de rutina, conducir es mucho más placentero. Camino a casa, al anochecer, bajo la ventanilla y disfruto de la música y de conducir sin prisa.

miércoles, 10 de octubre de 2012

The story of Taylor Morris

Hubby me ha hecho llegar esta impactante foto historia de un soldado americano que hoy quiero compartir con vosotros. Aviso, es una historia de amor.
 
 
 
 
 
 
 

 



















 




 

 




 




 

 
 
 
 
 
 

lunes, 8 de octubre de 2012

Mejor sin campanilla




Me pone mala la gente que canta GRITANDO!!

 

Adele tiene una voz portentosa y ni se le ve la campanilla cuando canta, ni se le hincha la vena como a “la Patiño”.

 

La cantante de La Quinta Estación, por ejemplo, no canta, grita. Y el rollo mariachi, tampoco contribuye, para ser honestos.

 

Vamos, que hay muchas cosas que me gustan, pero también hay unas cuantas con las que no puedo. Ea.

 


viernes, 28 de septiembre de 2012

Caminar descalza

Con los pies en la arena, mojando la punta de los dedos en el mar y retrocediendo ante su frialdad. Volver a meterlos, un poco más, hasta que casi dejas de sentirlos. Caminar descalza por la hierba, caminar sobre la madera recalentada por el sol, caminar sin prisas, con las sandalias en una mano y en la otra, la brisa del mar.
 
 

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Los peces no cierran los ojos

 
 
 
La portada me atrajo desde la estantería y el título me impulsó a girar lo y leer la contraportada:
 
“Me dejaba echar el ancla. Yo había llegado a los diez años, una maraña de infancia enmudecida. Diez años era una meta solemne, por primera vez se escribía la edad con doble cifra. La infancia acaba oficialmente cuando se añade le primer cero a los años. Acaba, pero no ocurre nada, uno se queda dentro del mismo cuerpo de crío atascado de los demás veranos, revuelto por dentro e inmóvil por fuera. Tenía diez años. Para decir la edad, el verbo tener es el más preciso. Estaba en un cuerpo encapullado y sólo la cabeza intentaba forzarlo.”
 
Los peces no cierran los ojos” es la historia de un hombre que desde sus 60 años, recuerda su infancia y el verano que pasó en un pueblo junto al mar cerca de Nápoles cuando tenía 10 años.
 
De la mano de Erri de Luca, asistimos al fin de la infancia del protagonista y somos testigos de sus primeros pasos en el mundo adulto, en el que palabras como amor o justicia, desconocidas hasta entonces para él, comienzan a tener significado.
 
“En un cruce nos separamos, soltándonos las manos sin necesidad de más despedidas. Eva y su esposo, saliendo del jardín, habían vivido ya todo el bien del mundo. La vida añadida más tarde, lejos de aquel lugar, no fue más que una divagación.”
 
Breve novela de recuerdos, de vivencias, de acontecimientos traumáticos, de reencuentros y despedidas. Con un lenguaje cargado de lirismo y por medio de unos personajes cargados de fuerza, Erri de Luca nos presenta el crecimiento entendido como pelea, el final de la época infantil concebido como ruptura pero también como aprendizaje.
 
“Nacer y crecer en Nápoles agota el destino: vaya uno a donde vaya, ya lo ha recibido como dote, mitad lastre, mitad salvoconducto”.
 
Ha sido la mejor lectura de este verano. Sin duda.
 
 

 

lunes, 24 de septiembre de 2012

Guárdalo con amor

El verano nos ha traído días más largos y nuevos descubrimientos. Tras un pequeño estirón y un cambio de comportamiento, a veces a peor, me parece que en lugar de tener delante al Sr. Cuco, tengo a un dibujo animado. No anda, corre; y no habla, ¡grita! Y gesticula, gesticula constantemente.
 
Para más señas de crecimiento, el Sr. Cuco ha descubierto su pito. Es decir, conocía su existencia y su uso principal. También su fragilidad y por eso se encarga constantemente de recordarme que tenga cuidado con la cremallera del pantalón, aunque sólo se lo pillé una vez y fue muy poco… Ahora, ha descubierto que interactúa.
 
-          ¿Mamá?
-          Dime…
-          El pito se pone grande.
 

 
 
Eso está bien. Quiero decir, es natural. Es un niño y no hay que darle mayor importancia… Pero es que está tan contento con su descubrimiento que lo comparte con todo el mundo. Y cuando digo todo el mundo, me refiero a cualquier persona que le dedique más de 20 segundos de atención. Eso ya me hace menos gracia. Lo sé, no conoce el pudor. Lo que quieras. Pero yo, sí. Además, la gente a veces no lo entiende cuándo habla o creen que no lo han entendido bien y a mí, como madre e intérprete oficial, me toca repetir la sentencia:
 
     -       ¿Qué ha dicho el niño? 
-         Nada, que su pito se pone grande…
 
 
 
Eso no es lo peor. En su afán por difundir lo que ha descubierto, como si fuera al único al que le pasa, a veces, no le lleva con las palabras. Lo enseña.
 
 
Así que ahí estoy yo, pagando en una tienda, en medio de un parque, con el Sr. Cuco a mi lado, en silencio, y de repente, alguien lo saluda o le habla y él le cuenta rápidamente lo que le pasa a su pito. Y cuando me giro hacia él y lo veo enseñando victorioso su tesoro, sólo alcanzo a balbucear:
 
-          Guárdalo, Cuco, por favor…
-          ¡Pero mamá!!

sábado, 22 de septiembre de 2012

El abuelo Pepe

 
 
 
 
El abuelo Pepe fumaba farias y se ponía un traje gris los domingos. Le llamaba rubia a su nuera, que siempre había sido morena, y de vez en cuando, cuando recorrer más de 100 km. en coche era viajar, se iba a pasar unos días con sus nietos.
 
Cuando salía del colegio y desde la cima de las escaleras lo veía en la acera de enfrente, la niña corría a su encuentro y caminaban de la mano de vuelta a casa, orgullosos, en silencio. Para aquellas visitas inesperadas también se ponía el traje gris, convirtiendo cualquier día de la semana en domingo. Le gustaba comer chocos con arroz y galletas Artinata.
 
El abuelo Pepe era orgulloso y presumido. Había sido zapatero, conductor de autobús y no sé cuántas cosas más. A la hora de comer, presidía la mesa y con un nieto a la derecha y otro a la izquierda, dirigía la conversación e instaba a la abuela a que llenase los platos una y otra vez. En cuanto terminaba, los niños saltaban de sus sillas para acercarle la faria y las cerillas y lo observaban fumar. El humo impregnaba la habitación y perfumaba las sobremesas de aquellos interminables veranos, grabando para siempre en la tierna memoria infantil el olor y el color del humo de la faria.
 
Cuando se hacía matanza y se llenaba la casa de gente que venía a ayudar, siempre apartaba dos filetes recién cortados del cerdo para prepararlos en la lareira y sentados frente al fuego, se buena cuenta de ellos, mitad hambrientos, mitad asustados por el espectáculo de sangre y hombres faenando, por la banda sonora de chillidos y cuchillos afilados.
 
El abuelo Pepe fumaba farias y se ponía un traje gris los domingos. Caminaba con porte erguido y la mirada humedecida por la edad y por la certeza de saberse querido.
 
El abuelo Pepe era mi abuelo. Me acuerdo mucho de él.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Con la guardia baja

Source: via Solar:Hope on Pinterest
 
 
Siempre pensamos que los días de lluvia son tristes y que lo malo siempre sucede en invierno, bajo una tormenta; o de noche, cuando el frío se cuela por debajo de las puertas.  Pero la tragedia no conoce estaciones y un bonito día de sol, el mundo puede pararse de repente y comenzar a girar vertiginosamente hacia el otro lado.
 
Sin poder evitarlo, dos gotas ligeramente saladas emprenden un melancólico descenso mejilla abajo. No hay mucho que podamos hacer, ni tan siquiera es posible esconderse bajo la lluvia. Sólo nos queda ponernos las gafas de sol y seguir caminando, aunque sea despacio y por la sombra.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Pinterest


Probablemente la mayoría de vosotros habéis oído hablar de esta red social o incluso sois usuarios de ella. Hace tiempo que comencé a usarla principalmente para obtener imágenes para mi bog y poco a poco he ido familiarizándome y enganchándome a Pinterest. Para los que no la conozcáis, es una red social, de fácil uso, y su contenido principal es gráfico. Visualmente, es un escaparate de contenidos multimedia que los usuarios de esta red han generado en sus tableros personales (pinboards).

Fue creada en 2009 y su crecimiento está siendo muy rápido, estando entre las 100 páginas más visitadas del mundo. Ser usuario de Pinterest te permite archivar imágenes que vas encontrando al navegar por los tablones de los distintos usuarios pero también en cualquier página que visites en internet.

Además, puedes organizar y compartir todo lo que vas encontrando en categorías a las que darás el nombre que tú quieras. A su vez, las personas que visiten tu tablón personal, podrán extraer esas imágenes y seguir compartiéndolas. Esto hace que Pinterest esté siempre vivo y la rapidez con la cambia y se actualiza garantiza el intercambio continuo de contenidos recientes.

Puedes acceder por medio de invitación o registrarte usando como acceso otra red social como Facebook o Twiter. Puedes añadir el botón Pin IT a tu navegador, para que cuando veas algo que te guste mientras navegas, puedas colocarlo rápidamente en tu pinboard y de ahí, otros usuarios también pueden coger esa imagen (repin).

En realidad, el objetivo principal de Pinterest es conectar a personas con los mismos gustos. Con su ayuda, puedes redecorar tu casa, archivar imágenes que te inspiren, guardar tus recetas favoritas o almacenar citas para no olvidar. Creo que el que más y el que menos tiene un montón de carpetas y subcarpetas en las que luego es difícil encontrar algo. Gracias a Pinterest, mis archivos están más organizados, mis ideas algo menos turbias y además, uno nunca se cansa de ver cosas bonitas.
Sea lo que sea lo que te guste, lo encontrarás en Pinterest.